martes, 11 de junio de 2019

EL CASTILLO DE LOS ENCAPUCHADOS

Las tres amigas Dayana, Sonia y Marta, volvían de la playa en el barco de la tía de Dayana. Al rato Luna la tía de Dayana quedó pálida como una estatua y, entonces, Sonia le preguntó a Luna que le pasaba y ella le dijo que estaba perdiendo el control y podían naufragar, así que sacaron la barca de rescate y, de repente, se chocaron contra una piedra y ¡CHAN CHAN CHAN CHAN! 

El barco se fue hundiendo poco a poco y saltaron a la barca después de haberla puesto en el mar.



Siguieron remando hasta que Marta divisó una isla a pocos metros. Cuando llegaron a la isla lo primero que hicieron fue pensar cómo volverían a casa. 

Y entonces Luna se quedó durmiendo en la barca de rescate y las tres amigas se fueron a dar un paseo por la isla. Iban andando y entonces Sonia se cayó en un hoyo y las otras amigas la intentaron subir pero ellas también se cayeron al hoyo. Siguieron andando y de repente vieron un edificio enorme, Dayana se acercó y dio a la puerta.


De repente estaban rodeadas de misteriosas figuras encapuchadas, vestían una capucha rojo sangre y no se podía distinguir entre ellas, ni tampoco se veían sus caras.

Había una rama sujeta que parecía un poco resistente, Marta se agarró y Sonia se agarró a sus pies para que no la pillaran, así lograron escapar. A Dayana se la llevaron los encapuchados, Marta y Sonia no abandonaron el lugar sino que se asomaron por una ventana vieja, sucia y rota del castillo.



Vieron a Dayana con dos encapuchadas y a un hombre muy extraño, había una especie de laboratorio. Las dos amigas rompieron lo que quedaba de la ventana y entraron silenciosas.

Al despertarse, Luna fue a buscar a las chicas hasta que halló el hoyo donde se habían caído; siguió adelante y encontró el castillo, también miró por la ventana y de inmediato reconoció la cara del hombre misterioso. Llamó a la policía porque al parecer era Jhon, un ladrón que se buscaba desde hacía dos años.


Cuando las chicas volvieron, les dieron como recompensa un barco.

Escrito por: Malak, Daila y Sofía
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 El profe Pedro 

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